martes, 21 de octubre de 2014

CIRCASIA, CEMENTERIO LIBRE


Braulio Botero Londoño, hijo de colonos antioqueños, llegó en su niñez  a vivir en Circasia, Quindío, república de Colombia. Allí adelantó sus estudios y se hizo mayorcito.

El partido político gobernante y la iglesia católica imponían sus creencias: reinaba el sectarismo político y el fanatismo religioso.

En todo el territorio nacional, los cementerios estaban bajo la dirección de la curia y no se permitía la inhumación de herejes, suicidas, miembros de otras religiones, indigentes o por color de la piel.

Al morir Valerio Zuluaga Londoño, espiritista de la región, lógicamente, le fue negado el derecho a que sus restos reposaran en el único cementerio del pueblo.

Le enviaron un comunicado a los párrocos de la capital y de los pueblos vecinos, informándoles sobre la razón de la negación.

Los familiares del difunto, Valerio Zuluaga, no tuvieron otra alternativa, sino enterrar sus despojos mortales, en una finca en zona rural.

Ante estas arbitrariedades clericales y políticas, a Braulio Botero Londoño se le ocurrió la idea de construir un panteón laico en Circasia.

Un domingo de 1928, acompañado por un grupo de vecinos entusiastas y colaboradores, se dieron a la tarea de explanar un lote de terreno de propiedad de su padre Miguel Botero, que se lo cedió para tal fin.

Muy acuciosa, la Curia los excomulgó a todos. No obstante, al domingo siguiente, acudieron muchas otras personas a depositar su granito de arena para la construcción del cementerio. A punta de mingas, bazares, convites se terminó la nivelación.

Las más entusiastas, eran las damas que a punta de empanadas y tamales, reunían algunos pesos, pero la obra avanzaba muy lentamente.

En 1930, subió al poder el doctor Enrique Olaya Herrera, del partido liberal, y el grupo por fin, consigue la autorización oficial para la construcción del cementerio.

Vino entonces un empujón grande, representado por el apoyo económico de la Cámara de Representantes, de la Asamblea Departamental de Caldas y de varios concejales municipales.

Las damas continuaban con su valiosa labor de consecución de fondos.

Se logró por fin la terminación del CEMENTERIO LIBRE DE CIRCASIA, considerado como un monumento al amor, a la libertad y a la tolerancia.

Años después, al presentarse un cambio de gobierno, las hermosas instalaciones del Cementerio Laico, fueron víctimas de los violentos, quienes causaron numerosos destrozos.

Hoy en día, es un lugar que visitan muchas personas nacionales y del exterior.



Sensible

1 comentario:

  1. creo que las personas rebeldes mueven más el mundo, que los que siguen a otros como corderos...

    ResponderEliminar