En el condominio, una señora, muy disgustada, hablaba de su esposo: "Yo se que me engaña, se con quién me engaña, se dónde me engaña, se cuándo me engaña, pero no se con quién me engaña."
A mi me está ocurriendo lo mismo.
No, un momento, no sean mal pensados.
Lo que ocurre, es que tengo un artículo casi listo. Dice: "En mis dominios, nunca se oculta el sol". Se todo al respecto, pero no se quién lo dijo. Agradezco que en Comentarios, me dejen el nombre del autor. Se los voy a agradecer.
SOBERBIA NAUTICA
Ante el imponente transatlántico, de 270 metros de largo y con un peso de 52.000 toneladas, el mas grande del mundo en ese momento, bautizado TITANIC, se escuchó esta soberbia perla, que le adjudican al armador.
"Ni Dios podrá hundirlo".
Verdaderamente, era una majestuosa ciudad flotante, dotada de todos los lujos posible en ese momento. En una palabra, era suntuoso.
Algo mas de dos años tardó su construcción, pero, i n c r e i b l e m e n t e, naufragó en su viaje inaugural. Zarpó el 10 de abril de 1912 y a los 4 días, a las 23:40 horas, colisionó con un iceberg por el costado derecho. El 15 de abril en la madrugada, se hundió.
Soberbia. Las palabras necias: Ni Dios podrá hundirlo.
Soberbia. La insuficiente dotación de botes salvavidas. La suma del pasaje mas la tripulación con el cupo completo, da 3.547 personas a bordo. Serían necesarios 60 botes. El Titanic contaba solamente, con 20. No dispusieron mas, por estética y porque no se iban a necesitar. Si, al menos hubiese tenido 40 botes, se habrían salvado todos los pasajeros.
Soberbia: un siglo después, en el 2012, se anunció la construcción del TITANIC II.
Conmigo que no cuenten. No viajaré en él.
Paulo O. Cuartas C.
Para leer el caso de la corona de oro haga clic aquí
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