Mientras Messi no quiso saludar a un niño pequeño y lo dejó con la mano estirada, frente a sus compañeritos, que asombrados miraban el desplante, un jugador de Australia no tuvo inconveniente en romper la formación para amarrarle el zapato a un niño, mientras tocan el himno. La foto recorrió el mundo, como un hecho extraordinario, puesto que en esta época son escasas acciones como ésta.
Esos contrastes se dan en la cancha, mientras en las tribunas los hinchas lucen toda clase de vestimentas, que van desde elegantes trajes deportivos hasta extravagantes y complicados disfraces para llamar la atención de los periodistas que registran sus atuendos como curiosidades del mundial.
-Jonathan Cristancho y
-Ofelia Alvarez
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