El Libertador iba camino,al Cuzco.
O'Leary velaba por el bienestar del Libertador.
Bolìvar le ordena: - "Adelántese a la ciudad y me consiguen una buena posada para descansar." O'Leary encuentra un lugar grande, limpio y bien presentado.
Dice O'Leary: -"En menos de una hora llega su Excelencia El Libertador. Quiero ver si usted está en capacidad de alojarlo dignamente."
Posadero: - "Pero cómo no señor. Pase por aquì."
O'Leary: - "Me perece muy bien la habitación. No se le olvide la jofaina con agua, jabón y agua de colonia. Que la comida sea sana y muy bien preparada. Póngale el mejor vino, etcétera, etcétera, etcétera. Entendió?"
Posadero: - "Cabalmente, mi general"
El Libertador encuentra de su agrado la posada.
Después del almuerzo, dice: - "Ahora deseo descansar. Quisiera enseñarme la habitación?"
Ya en la alcoba, el posadero dice: - " He seguido
al pie de la letra las instrucciones del general O'Leary: buena cama, jabón, toalla, agua de colonia y todo lo demás."
Libertador: - "Pero, y esto qué significa?"
Tres lindas jovencitas, sentadas a la orilla de la cama, entre apenadas y curiosas, miraban al Libertador.
El posadero respondió: - "Estas son las tres etcéteras, Libertador."
(Anécdota de Manuel Taibó).
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