sábado, 16 de agosto de 2014

QUE TIEMPOS AQUELLOS - EL HUESO GUSTADOR

Yo soy de la época en que los pecados eran en blanco y negro.

A ojo de buen cubero o, a cubo de buen ojero, les voy a contar un par de cositas de ese entonces.

Como es lógico, en las casas no había nevera. Las gentes del campo, salían al pueblo el domingo, porque era el día de mercado, mercado en toldos.

Vendían sus productos y compraban los que les hacían falta, especialmente, la carne. Esta venía fresca o salada.


Para evitar accidentes con los animales domésticos, sobre el fogón, por lo general de leña y al alcance de las manos, había un garabato, con varios brazos, en los cuales se colgaba la carne. El humo y el vapor caliente, ayudaba a su conservación y le daba un sabor exquisito que se trasmitía al sancocho.

Para la sustancia, se utilizaba el huesito gustador, llamado calambombo, que se descolgaba del garabato a la olla y se volvía a subir. Las señoras mas pobres, mandaban al niño menor donde la mas acomodada, con la siguiente razón:

-"Doña Eudiges, que mi mamá le manda a decir que si le hace el favor de prestarle el huesito de la gustador."

- "Tome mijo, pero dígale a mi comadre, que no me lo chupe, no me lo lamba, tres metiditas, y me lo manda."

Por lo general, era el fémur de la res, pero también se usaba algún otro hueso largo.

Al fin de semana, los muchachos a golpes, lo rompían para sacarle el "tuétano."

En la ciudad, donde la carnicería era cerca, se podía comprar la carne mas a menudo. Con un hacha, el carnicero partía los huesos; era posible comprar solamente las cabezas del calambombo, conocidas como hueso poroso. Un consomé de hueso poroso o una sopa, son, como dicen las señoras en Antioquia, de muerte lenta.

Y pensar que con el modernismo, nos tenemos que aguantar con el caldo en cubos. Francamente, no hay derecho.

Sensible


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1 comentario:

  1. Hola señora Ruth, un buen día. La felicito por el cuento. y yo que pensaba que lo del "hueso gustador" eran cuentos relacionados con los guerras del siglo XIX... Gracias por llenar este vacío de la "saga" antioqueña.

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