martes, 1 de marzo de 2016

AVENTURA, OPRESION, FELGRESES EN PAÑOS MENORES: LOS BILLETES DE SOCHA

EL PUEBLO QUE OLVIDA LA HISTORIA, ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA.
                                                                                                                                                       Santayana (Cicerón?)

Bolívar sale el 26 de mayo desde, los Llanos de Venezuela, al mando de una tropa compuesta principalmente por llaneros acostumbrados al calor.

En Tame, Arauca, lo espera Santander con un ejército entrenado y disciplinado.

Inician la odisea de cruzar la cordillera oriental de Colombia, el 22 de junio.

Durante la travesía, muere una gran cantidad de soldados y oficiales, por las inclemencias del clima paramuno. Igualmente, se pierden todos los caballos con sus monturas y es preciso abandonar armas y provisiones.

Al mando de la vanguardia de la marcha, Santander supera el Páramo de Pisba el 5 de julio y ese mismo día llega a SOCHA, cansados, enfermos o heridos, vestidos con harapos y sin raciones de alimento.

Las amas de casa los recibieron en sus hogares, con una reconfortante bebida caliente.

El párroco y el alcalde salen al encuentro de los rezagados; a caballo y a píe, van hasta Pisba a recoger los a los soldados y las armas que han dejado a la vera de la trocha, para aliviar un poco lo penoso del recorrido. Regresan con ciento cincuenta armas y gran cantidad de soldados.

El cura, doctor JUAN TOMÁS ROMERO, y el alcalde, don JESUS IGNACIO SARMIENTO, invitaron a los feligreses a una gran fiesta en la iglesia. Cuando estuvo llena, las tropas de Santander cerraron las puertas y el párroco les ordenó a hombres y mujeres, despojarse de toda las prendas y se quedaran en paños menores.

La primera en cumplir la orden, fue una preciosa niña de apenas trece años: MATILDE ANARAY, quien entregó sus ropas para vestir a un soldado.

A los hombres los despojaron de las ruanas, las camisas, los sombreros y los pantalones, dejándolos en pantaloncillos; a las mujeres, los sombreros, las ruanas, las blusas, las faldas y las alpargatas, para vestir al Ejército de Bolívar, con ropas adecuadas para el inclemente frío de Boyacá.

A Soacha, no, a SOCHA, llega Bolívar al día siguiente con la retaguardia. Improvisa cuatro hospitales para tratar a los enfermos y al mando de SOUBLETTE, estableció una armería: allí, se recuperan las armas que se dañaron en el ascenso; fundiendo el acero de los fusiles inservibles en dos fraguas de SOCHA, fabricaron lanzas nuevas.

Otra muestra de la importancia de este pueblo en la Campaña Libertadora, fue la hospitalidad que brindaron a los soldados alojándolos en los hogares del pueblo y brindándoles una alimentación adecuada; esto fue fundamental para su recuperación. 

Todo lo anterior, bajo la permanente vigilancia del cara y del alcalde.

Quién merece un homenaje:
* 1. El párroco doctor JUAN TOMÁS ROMERO?
* 2. El alcalde, don JESUS IGNACIO SARMIENTO?
* 3. Todo el pueblo de SOCHA?
* 4. Todos los anteriores?
* 5. Ninguno de los anteriores?

Tienes la palabra.

El Amigo de las Orquídeas

Rivera, 28 de febrero de 2016


Comentario personal.

Para Colombia, esa historia fue de opresión y tiranía. Será eso lo que deseamos para el futuro inmediato?

En Venezuela para conducir al país, llamaron a un chofer de tracto mulas, y la  estrelló.

Nuestro barco, está al mando de un iluso e inexperto cadete. Naufragaremos? Nos hundiremos? Usted que respuesta prefiere:

Si?
No?.
Lee la historia sobre la importancia del pueblo de Socha, Boyacá, en la Campaña Libertadora.

Tienes razón, es la tercera vez que la publico, pero tenemos muchos recién llegados que no la conocen.

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